Vecinos proponen trabajar en la limpieza del arroyo

POR LOS BARRIOS . El estado de La Santiagueña desvela a la nueva comisión barrial - Edición del 10/12/2007

PELIGROSO. Residuos y desperdicios contaminan el cauce del arroyo La Santiagueña, por eso los vecinos están dispuestos a colaborar con su limpieza.

La basura, las ratas, los insectos y un fuerte vaho maloliente son la mezcla de ingredientes que sufre el vecindario ubicado en cercanías del cauce. Dicen que deben permanecer con las ventanas cerradas pese al calor.

Solicitan una solución de fondo, para cuya concreción ofrecen su participación. Desde la Comuna se informó que la obra de saneamiento quedará para la gestión que se inicia esta semana porque no llegó el dinero prometido por la Nación.

| Marta Marozzini

El agobio del olor nauseabundo, los insectos y las ratas que deambulan por las inmediaciones del arroyo La Santiagueña son quejas viejas de la gente de la zona, surcada por calle Nogoyá, que se renuevan ahora, en las puertas del verano.
Los integrantes de la comisión vecinal, recientemente conformada, aseguran que “todos saben cuáles son los motivos” de los problemas: el mal estado del arroyo. Y señalan, por ejemplo, un dato que consideran alarmante: casi el 70 % del líquido que corre por el curso de agua de La Santiagueña “es materia orgánica en descomposición”.
Así, los vecinalistas Roberto Avalo, Fernando Parodi y Alejandro Avalo advierten que aquellas personas que viven en cercanías del arroyo quedan expuestas a contraer enfermedades como parasitosis, hepatitis y diarreas estivales. Paralelamente, los vecinos “están obligados a convivir con olores insoportables que ni siquiera dejan tener las ventanas abiertas en días de calor”. Tampoco pueden escapar del alcance de los mosquitos en verano ni en invierno y cuentan que hay ratas de grandes dimensiones.

QUÉ Y QUIÉNES. Para los vecinalistas, las responsabilidades son compartidas entre los organismos oficiales y los propios habitantes. Al primero atribuyen la carencia del control ambiental y mencionan la posibilidad de que haya habido un by-pass desde una cloaca de la zona hacia los aliviadores, que debieran arrastrar únicamente agua de lluvia. Esa obra la habrían hecho los propios organismos municipales. En cuanto a los vecinos, hay quienes arrojan basura al arroyo y otros utilizan el curso para desagotar los líquidos cloacales y de cocina.
Al respecto, cuentan que diariamente aparecen camiones volcadores que arrojan su contenido al arroyo en el tramo que va desde las calles Nogoyá hasta Moreno, lo que hace que se estén carcomiendo las barrancas del lado del Parque Berduc.

PROPUESTA. Los vecinos parten de que el estado de La Santiagueña afecta no sólo a la gente de esa vecinal, sino también a otras zonas por donde se extiende su curso, y además consideran que la mayoría de los arroyos están en la misma condición. Por lo tanto, concluyen que se trata de un problema que excede a esa jurisdicción.
Ante el inconveniente, “proponemos que el Municipio implemente un Programa de Arroyos Limpios para sanear los cauces de los arroyos que como La Santiagueña atraviesan nuestra ciudad”, aseveran.
Y avanzan y dicen que el programa se podría definir a través de un convenio firmado entre la comisión vecinal La Santiagueña y las direcciones de Parques y Paseos, de Planeamiento Urbano, de Limpieza, de Hidráulica (municipal y provincial), de Obras Públicas y la Defensoría del Pueblo. Así, serán los propios vecinos que, con ayuda técnica y material de la Comuna, se encargarán de auditar las tareas y la salud de lo cursos de agua que corren cerca de sus casas. En el trabajo, no sólo se retirará la basura, sino que también se respetará la vegetación que se encuentra en los bordes y se recuperará la flora acuática, fundamental para purificación de las aguas, puntualizan.

¿PALIATIVOS? La Comuna ha realizado trabajos que, según los vecinos, no han dado resultado. Por ejemplo, mencionan el entubado del sector comprendido entre las calles Victoria y Nogoyá, tarea que fue “tan mal” hecha que el agua de la lluvia se llevó los caños. Respecto del entubado, los vecinalistas ponen reparos. Es que consideran que los trabajos no son una solución de fondo, sino que se trata de esconder la basura mientras que la contaminación y las ratas seguirán ahí. Y refuerzan su posición al citar la postura de ecologistas, que hablan de una “política ambiental de maquillaje, que no ataca el problema de fondo ni se preocupa por las consecuencias que puede traer un foco de contaminación”.
En contraposición, solicitan una salida definitiva, con recursos, planificación de especialistas en el tema y compromiso municipal. Saben que no es un trabajo de un día para otro, pero reconocen que sólo así, con un trabajo de fondo, se podrá terminar con años de molestias.

Se anunciaron obras pero no se concretaron
El 22 de marzo de este año, EL DIARIO publicó una nota con el título: “Todo listo para iniciar el entubado de arroyos”. La información daba cuenta de los avances de las gestiones iniciadas en 2006 ante la Nación para terminar de sistematizar los arroyos La Santiagueña, Colorado y Antoñico. Y las tratativas estaban tan cerradas que en esa oportunidad, desde la Secretaría de Obras Ciudadanas municipal, se comunicó que en esos días, la Comuna firmaba el convenio marco con las empresas que habían ganado la licitación para comenzar “inmediatamente” las obras de entubado. Y se especificaba: se trata de la sistematización de los arroyos La Santiagueña (último tramo), Colorado (entre Don Bosco y Almirante Brown) y Antoñico (entre Espejo y Ejército), trabajos que iban a ser costeados por el Gobierno nacional.
“El contrato está redactado y listo para la firma: se iniciarán las tres obras a la vez, posiblemente esta semana o el lunes o martes de la semana que viene. Los entubados de los tres arroyos se ejecutarán al mismo tiempo”, había dicho en marzo el secretario de Obras Ciudadanas, José Martínez, en diálogo con EL DIARIO.
El costo de las obras era de unos 20 millones de pesos y las empresas adjudicatarias fueron Cemyc, Demartín y Losi.
El trabajo en La Santiagueña había sido adjudicado a Cemyc con un presupuesto de 2,6 millones. Se trata de una obra histórica que ya se había licitado dos veces, sin que nunca llegara a concretarse, se escribió por entonces.
Y ahora se estaría en una situación similar. “Será una obra que quedará para la próxima gestión”, dijo el secretario de Hacienda de la Comuna, César Pross. Explicó a esta Hoja que si bien la Comuna realizó todos los trámites ante la Nación, el desembolso del dinero no se ha realizado. Por eso, dijo, el Municipio decidió no comenzar una obra sin antes haber recibido los recursos, puesto que consideró imprudente generar un compromiso de pago con las empresas. Así, concluyó que será una obra que quedará para el Gobierno que comienza mañana.